Vuelta a la normalidad. Ordenador reparado, música desde mis fabulosos
altavoces, nuevos discos descargados. libros completados/retomados,
escribir otra vez... (lástima que el pequeño de los dos discos
portátiles haya muerto en el intento de atravesar el desierto de 2012).
¿Será porque el verano da sus últimos coletazos que me he puesto las
pilas de nuevo? Madonna suena en la radio (Vogue exactamente). La
primera novedad de mi agenda es que hay seis días de monacato
esperándome. El jodido calor me mata, y lo noté descaradamente en Roma.
Abogo por un otoñoprimavera perpetuo que rechace los extremismos
superfluos. Ahora U2, Irlanda pica a las puertas del cielo, que ya no sé
si es rojo o protector. Todo se mezcla continuamente, todo. Intento
poner orden como puedo en el aguacero de estímulos de todo tipo que
sufrimos continuamente. Terenci está en Londres la misma tarde que The
Jam han vuelto a casa. Todo es nuevo pese a los años transcurridos. El
tiempo es un gran moco rojo que se extiende a lo largo sin fin. Y mires a
donde mires nunca verás su sombra. He cruzado el Ecuador, y quiero
llegar hasta las últimas consecuencias. Cruzar de nuevo el Rubicón, pero
esta vez con la ayuda de elefantes marinos. Salve.