
No digo nada, pero tengo necesidad de hacerlo (lo de decir, no lo de la nada). Es como si tuviera un pequeño poro en algún sitio, por donde se van escapando retazos de partículas visibles. El sol no se ha ido, pero no se mantiene quieto. Echo en falta el verano (cuando el calor me destroza recuerdo los maravillosos días de invierno), así que rezaré para que llegue pronto la primavera (no sé si ha ido ya o sigue aquí a mi lado). He cambiado a Vanian por Murphy, aunque espero con avidez la voz de Shatner y su Major Tom. Ya me he hartado del Aviador en el coche, lo cambiaré por la reina de los bailes de Marte. Nada es lo que parece y nada parece lo que es, así que lo mejor es volar sin rumbo fijo, disfrutando del viaje sin pensar cuando y dónde aterrizarás.