28 mar 2013

LOVE AND DEVOTION


Hace 78 días que no escribía nada. Hoy es juevesviernes. Mañana no existe. Como esos periódicos que valen por dos porque la gente, que trabaja allí, en días muy señalados hace fiesta. Juevesviernes santo para más señas. Eso me lleva a decir que la Semana Santa ya no es lo que era. Cuando reinaba la nada nos quejábamos de lo jodidamente castrante que era. Ahora que gobierna con mano dura el todo nos deberíamos quejar de lo frustrantemente anulador que significa que todo siga igual cuando parece que nos estamos divirtiendo nadando en piscinas de ocio vacío. Me noto falto de práctica, pero no muevo una falange de manera gratuita si no tengo algo que decir. Me bulle la cabeza. Estoy en plena explosión termonuclear. Miles de sensaciones se agolpan en la línea de salida con ganas de ser plasmadas en frases conexas. Mutación es algo más que darle la vuelta al calcetín o cambiar de piel siendo animalista. Mutación es libertad para moverse sin ataduras. Elegir tu camino despues de miles de intentos frustrados. El camino que nunca pisarás, pero que sabes perfectamente que te llevará a Avalon. O peor aún, que te llevaría allí. El sol santo es llevadero, la primavera aún no aprieta, incluso he apagado la calefacción, pero no has de bajar la guardia pretoriana. El eterno retorno existe, y las paredes son más estrechas que en nuestros sueños reparadores. Si la cámara nos observara desde arriba veríamos porque los laberintos tienen que ser gratuitos. Todo es mucho más fácil de lo que nuestros pobres sentidos nos alertan. Todo está escrito. Irremediablemente, todo cae por su propio peso específico. Y lo que persigues con enfebrecido deseo horas y horas, aparece delante de tus narices al volver a pinchar google inocentemente un segundo después. ¿Dónde está la lógica? ¿Dónde acaba el camino de la razón? En ningún sitio, todo es reflejo nuestro. Somos directores, actores y espectadores de una única película omnipresente, y continua. Creo que por hoy es suficiente. Las líneas maestras se han mostrado a vosotros, los ciegos. Sólo verá quien sepa mirar dentro de sí mismo. Ahí está el código para desentrañar tamaño galimatías pedante.

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