21 abr 2013

THE HAPPIEST DAYS OF OUR LIVES


Escuchar Pink Floyd a las 06.35 tiene lo suyo. Creo cada vez más, y mejor, en la música como autoterapia. He dormido fatal hoy. Ante estos contratiempos nocturnos siempre me digo que llegará un día que podré dormir todo lo que quiera, y más. Así que me preocupo lo justo, y poco más. Las manzanas siempre caen hacia abajo tarde o temprano. Son como los álbumes pinkfloydianos, tarde o temprano terminan sus surcos, y dejamos de percibir el bálsamo del espacio negro. Calles que mueren en grandes edificios. Siempre cerca, pero sin contacto físico o químico. Los días corren cada vez más rápidos que el agua, producto del deshielo, buscando su muerte en el mar. Las dormidas incómodas hacen que pienses diferente. Te duele hasta el sub/in/consciente. Blanco y negro, y ruinas, grandes momentos del diseñador de producción. He de crear unos autos de choque donde lo más importante sea la banda sonora. Hay que volver a lo análogo, lo digital nunca existió. Money...

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