10 dic 2011

A DOS MIL AÑOS LUZ DE CASA

No me acordaba que tenía un blog. Ahora mismo estoy escuchando un concierto al que asistí el 23 de octubre de 1980. Es la primera vez que doy un dato concreto de mi vida. No me puedo ver, pero quizás me oiga. Es jugar contra el paso inexorable del tiempo. Nadar contra corriente. Estoy bajando música a la vez de la primera época de los Rolling y de la última de Bowie. ¿Estaré cerrando círculos o me expando lentamente como el Universo? Preguntas sin respuesta en un momento de ávido deseo de saber. Y siempre el recuerdo de la nieve. Conducir entre la nieve. Nieve en grandísima cantidad, y de un color blanco tan blanco como el primer blanco que vió el recién creado ojo humano. Imágenes que se quedaron suspendidas en tu retina subconsciente y que nunca huirán por el desague de tus sentidos. 31 años, 1 mes y 17 días después sigo respirando. Somos inmortales con fecha de caducidad, dioses de pequeño formato, aprendices de brujo y esclavos de nuestros miserables deseos.

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