16 oct 2012

KILLING ME SOFTLY

Escrito el lunes 15.
Ayer escribí un post de mierda que no me he autopermitido publicar. Yo no puedo forzar el escribir, o surge o no surge, ésa es mi carencia, ésa es mi virtud. Supongo que ésa es la amarga diferencia entre un 'profesional' y un 'amateur'. Pero ya me está bien, no tengo ni coacciones ni ataduras de ningún tipo a la hora de enfrentarme a la pantalla en blanco. Además, a nadie le importa lo que diga, pero yo soy mi mejor censor, y el nivel no baja nunca ni un milímetro.
Se acaban 12 días de mierda (mi catalanismo está a flor de piel de las yemas de mis dedos), empiezan 7 de gloria. Los dichosos ciclos marcan mi vida. La montaña rusa, con sus notables cimas y sus profundas simas, es una metáfora de mi discurrir vital, a todos los níveles y en casi todos los momentos (quizás pueda excluir las horas de sueño, sólo quizás). Pero no quiero ir más allá de esta próxima semana, pese a que veo mejor de lejos que de cerca. Vivir al máximo lo que me queda de vida es un bonito epitafio para una tumba que se va a quedar vacía dentro de muy pocas horas.
Corto, pero intenso (mi texto, no quiero que penséis otra cosa), sólo sé hacerlo de esta manera.

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