Este finde no lo disfrutaré como me gustaría. Sólo tengo el
consuelo de la carrera del domingo. El resto del tiempo castigado sin
postre. El precio de vivir de manera contraria al resto hace que hagas
justo lo diametralmente opuesto a los demás. En los momentos malos echas
de menos la felicidad de los demás, y en los buenos piensas que eres un
puto privilegiado que vive al margen de la mediocre rutina. Las
circunstancias provocan que nos adaptemos a lo uno y a lo otro, y nada
más que hablar. Ni Festival de Sitges, ni nada que se le parezca. Días
de purgatorio estereofónico.
Ya tengo en mi poder las
obras 'completas' de PJ. Ahora es cuestión de limpiar las malas hierbas,
y quedará todo reluciente y puro (y áspero).
Mis
viajes en metro casi diarios me divierten cada vez más. Ayer coincidí
con una pijita por segunda vez en menos de una semana. Iba con un clón,
pero en rubio. Tal para cual. Odio la gente que sólo vive gracias, y a
través, de su celular y de su mp3. Luego están los que empotran su vista
al libro electrónico (son feos de cojones). Y ya nadie esnifa periódico
de papel (el 20 Minutos no cuenta porque cuatro hojas llenas de
palabras no te conceden el pasaporte al cuarto poder, ni nada que se le
parezca). Yo mientras tanto disfruto parapetado tras mis gafas de sol
demodés, observando esa pasarela amateur articulada ligera en la que se
ha convertido el convoy sin fin de cada 3 minutos.
Esta
semana machaco los altavoces del coche con el lado oscuro de PSB. Tengo
que reconocer que los restos pútridos del Imperio Británico aún me
ponen palote. Por cierto, tengo que resolver que coño le pasa a mi Nero,
porque los chasquidos al escuchar la automúsica persisten, y no sé el
porqué.
Ya tengo las entradas para el 19. No me mola nada ir, pero quiero salir a la superficie, necesito aire fresco.
Y de fondo Roxy Music. Entre Flesh & Blood y Avalon, su cénit.
Sigo resfriado, por dentro y por fuera. Si logro romper la barrera del
sonido, triunfaré. Lo sé, y no hay nada más maravilloso que saber como
va a ser tu futuro próximo.