20 ago 2011

NIGHT AND DAY

Ayer fue un día especial. Dormí muy poco. Comí menos. Vi El cónsul de Sodoma. Y lloré en el camino de casa al trabajo. El sueño ya no me importa. La comida menos. La peli me gustó. Y yo me sorprendí como hacía mucho tiempo que no sucedía. Estoy jodido. Me di cuenta de manera irrefutable. Estoy muy tocado, casi hundido. Y el problema es que no puedo hacer nada. Estoy a merced del viento. Según sople, remontaré las olas o acabaré en el fondo. Qué dolor. Y lo grave es que sé cuál va a ser el puto desenlace. Y parece que ese conocimiento me hace andar con más seguridad al más profundo de los abismos.

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