"The past is now part of my future, the present is well out of hand"
Viernes, 04.03 h.
Dentro de dos horas y cincuenta y siete minutos empiezan mis vacaciones. 26 días de libertad condicional, con billete de vuelta, sin posibilidad de devolución. El sábado, algo más tarde de las seis, vuelo a París. Se espera lluvia los tres primeros días. Sólo llevo una intención concreta anotada, ver la tumba de Jim Morrison. El resto del tiempo sólo aspiro a disfrutar del aire libre, y de no tener un horario fijo y castrante. Ya no espero nada, cualquier cosa será bienvenida. Este 2013 ha retocado de manera positiva mi mira telescópica. Ahora sé dónde realmente apunto.
Viernes, 21.47 h.
He decidido volver a escribir. Es más, he decidido volver a vivir. Y lo digo con la boca grande. Suena China Crisis. Ya sé que la sombra ochentera es demasiado alargada, pero no puedo evitarlo. Falta menos para despegar. ¿Bien vale una misa? Yo creo que sí. Espero encontrar restos del futuro, y huellas del presente. Lo espaciotemporal lo inunda todo. A la vuelta he de ir a ver Elysium. He de retomar Los Ríos Perdidos De Londres (el primer relato me está costando horrores, ya lo advirtió Javier). Mientras tanto, mi corazón marcha marcial por las avenidas de la luz, por esos pasos subterráneos con bóveda invisible. Espero que este diario de a bordo sea longevo y entretenido. Los capítulos siempre están abiertos.
Sábado, 02.35 h.
La noche es fresca. He preparado un cd de DM para el viaje al aeropuerto. Dentro de nada estaré en otra dimensión. Necesito cafeína. Espero dormir durante el vuelo. Necesito aguantar hasta la hora de dormir. Esto no sé si es un capítulo, o no es nada más que onanismo seudoliterario. Este finde hay F1, pero me lo perderé. Falta coche, y emoción. Tercer avión de lo que llevamos de año. Segundo aeródromo. La noche se mueve a cámara lenta. En los templos nocturnos sí que corre la velocidad. Odio esperar cuando lo que sigue es inevitable. Odio los espacios muertos. Antes no dormía en la cama antes de un viaje. Ahora no duermo de verdad antes de partir hacia nuevas tierras.